Varicela Emocional

Varicela Emocional

Al igual que todas las personas pasamos la varicela, esa infección que producen picazón comúnmente entre la población infantil, siendo muy pocos los que se libran de ella, existe también una menos conocida o mejor dicho menos reconocida: la varicela emocional

El término varicela emocional  hace referencia a los bloqueos mentales o emocionales que se dan en la etapa adulta. Me parece una perfecta analogía puesto que lo normal es que antes o después todos la padezcamos en un momento de nuestra vida. Forma parte de nuestro ciclo vital. Éstos bloqueos no producen aparentemente ningún sarpullido físico, por ello no reaccionamos antes y de forma inmediata para paliar su sintomatología, pero sí lo producen internamente.

Los bloqueos nos informan, nos hacen saber que pasa algo, porque no somos quienes éramos, no nos reconocemos, no avanzamos como solíamos hacer… Por norma general no sabemos interpretarlos adecuadamente y tendemos a pensar que “el tiempo todo lo cura”.

Varicela emocional cambiar método

“Hay veces que hay que cambiar de dirección. La paciencia no siempre es la solución”.

Los bloqueos mentales y emocionales son sensaciones incómodas que impiden coordinar ideas, que te hacen sentir atrapado en alguna emoción (como el miedo) y/o creencia limitante irracional, impidiéndote alcanzar tus objetivos. Éstos son debidos a temas emocionales del pasado no resueltos (porque no quise, no pude o no supe) y, por ende, no sanados. Por lo que hace que se despierten ciertas emociones y pensamientos intensos que interfieren en el desarrollo normal de la persona. La mente usa este mecanismo de defensa automático para evitar ideas o sentimientos que podrían perturbarnos. No es un signo de debilidad, es un indicador de que tenemos algo pendiente que resolver.

Se trata de un síntoma de ansiedad que puede ocurrir en cualquier contexto y transferirse a otros, ya sea deportivo, académico, laboral o personal. 

Por ejemplo, el hecho de no haber gestionado adecuadamente algo en el pasado con tus padres, puede que repercuta actualmente en tu rendimiento deportivo o académico, no sacando el máximo partido que podrías sacar, como si tuvieras unas cadenas invisibles que hicieran frenar tu potencial. Y si esto se mantiene con el tiempo, inconscientemente alimentas al “bichito del bloqueo” y lo haces más grande, por lo que posteriormente será más difícil lidiar con él.

Seguro que podréis recordar el famoso bloqueo que tuvo el jugador de fútbol Iniesta tras el triplete con el Barcelona. En la entrevista que le hacen en un famoso programa de televisión describe esta sensación perfectamente: “sientes que no eres tú”. A Iniesta aparentemente todo le iba bien en la vida, sin embargo, algo le hacía sentir diferente: le llegó su varicela emocional. No supo gestionarlo y pidió ayuda profesional, ¿fue un hombre débil por hacerlo?

La sociedad tiende a pensar que ir al psicólogo es de débiles. 

Quien ha tenido el valor de dar el paso sabe que es de fuertes. 

Y quien lo ha dado, no se ha arrepentido de hacerlo.

Las personas somos como los coches. Funcionamos bien hasta que algo se estropea, por un problema externo o interno que no reparamos. Si tienes que recorrer sólo unos kilómetros por la ciudad el coche aguantará, resistirá el trayecto. Pero si tienes que ir a la otra punta del país en este estado, o bien tardarás mucho más en llegar o, directamente no llegarás. 

¿Cuánto quieres tú recorrer aún? ¿En qué estado? ¿Quieres ir tranquilo por tu trayecto y disfrutando? ¿O prefieres arriesgarte? ¿Y si tu motor te deja tirado a mitad de camino? 

Antes de hacer largos trayectos, solemos revisar el coche y si vemos algo que no podemos apañar nosotros mismos, lo llevamos al mecánico.  ¿Implicaría un signo de debilidad llevar tu coche al mecánico?

¿Y tu mente al psicólogo?

¿Por qué no lo vemos con la misma naturalidad?

¿QUÉ SE LOGRA ACUDIENDO A AYUDA PROFESIONAL?

  • Eliminar el bloqueo.
  • Conocer la causa.
  • Claridad mental.
  • Aprender a escuchar e interpretar los mensajes de tu mente y cuerpo.
  • Aprender a expresarte de manera asertiva.
  • Fortalecer la autoestima.
  • Aumentar tu seguridad personal.

La varicela emocional se puede sanar en unos días, semanas o meses. Hay que reprogramar correctamente pensamientos, emociones y conductas. Cada persona, cada emoción, cada creencia necesita un proceso diferente.

¿CÓMO RECONOCER QUE ESTAMOS PASANDO UNA VARICELA EMOCIONAL?  

Varía mucho de una persona a otra y depende fundamentalmente de la causa que originó el problema. Aún así se puede manifestar de varias formas psicológicas y físicas:

Los síntomas psicológicos más comunes son no poder pensar con claridad, apatía, pensamientos recurrentes, sentimientos de culpa, tensión interna, insatisfacción, sufrimiento, pérdida de sentido, aumento de comportamientos adictivos, procrastinación e imposibilidad de llevar adelante tus objetivos.

Los síntomas físicos pueden ser dolor de cabeza, fatiga, náuseas, problemas de la piel, trastornos gastrointestinales, vida sexual insatisfactoria o acentuación de problemas de salud anteriores.

Recuerda, que no hayan aparecido nunca, no quiere decir que te vayas a librar para siempre. La varicela emocional entra sin llamar, sin que te des cuenta y te va ganando terreno. Por ello, es importante que todos sepamos reconocerla, para sanarla cuanto antes.

Aprende a controlar tu mente, te va acompañar toda tu vida.

2 comentarios en «Varicela Emocional»

  1. Interesante artículo. Creo que se debería dar mayor visibilidad a la salud mental.Es primordial gozar de una buena salud mental para obtener el mejor rendimiento deportivo y aplicarlo también a diferentes aspectos de nuestras vidas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *