TUS IMÁGENES DETERMINAN TU REALIDAD

Visualización en hockey Marian Galera

Corren tiempos difíciles, sobre todo para aquellos deportistas que no pueden practicar físicamente las destrezas de su deporte por falta de espacio y recursos en el hogar, como nos ocurre a los hockey-adictos. Por ello, está siendo un buen momento para desarrollar otro tipo de habilidades, esas que suelen pasar desapercibidas en el deporte, pero que nos permiten optimizar nuestro rendimiento deportivo, las habilidades psicológicas.

Por suerte, ya no se les resta tanta importancia como hace años, pues los testimonios de grandes deportistas de élite nos han ayudado mucho, pero aún queda un gran camino por recorrer hasta que el aspecto psicológico llegue a ser entrenado por la mayoría de deportistas. Se escucha mucho hablar de diferentes técnicas psicológicas, como la relajación, activación, rutinas mentales… pero, ¿cuántos realmente las ponen en práctica?

Hoy voy a explicar la técnica de la visualización o práctica imaginada, pues es una de las técnicas más usadas por psicólogos del deporte y deportistas. ¿Por qué? Porque es la que va a permitir la vuelta al entrenamiento real como si no se hubiera dejado de entrenar en todo este periodo. Y no, no estoy diciendo ninguna locura.

Mediante electroencefalogramas se ha demostrado científicamente que cuando se piensa en algo, cuando se utiliza la imaginaciónse producen exactamente las mismas conexiones cerebrales en la mente que cuando se vive realmente. Esto quiere decir que con solo imaginar que se hacen tiros a portería o se controla el disco por la pista, se produce en nuestra cabeza los mismos movimientos neuronales que si se hace físicamente. La única diferencia entre ambas prácticas, la real y la imaginada, radica en que los músculos del cuerpo no se mueven. Por tanto, la visualización es también una forma de entrenar, y más cuando no se tienen ni las condiciones ni los medios necesarios para practicarlo in situ.

Si alguna vez antes de un partido uno se imagina cosas que podrían ocurrir en él, utiliza la visualización. Pero probablemente no siempre se imagina de forma que las jugadas salen bien… y ahí está el error. Mediante el entrenamiento de esta técnica se pretende hacer eso que se sabe hacer, pero de manera controlada, de tal forma que se consiga realizar adecuadamente las visualizaciones para que se finalicen las jugadas con éxito. ¿Por qué? Pues por la misma razón que cuando se entrena físicamente, cuantas más veces se haga bien, antes se mejora.

Las visualizaciones pueden hacerse desde fuera, como si uno se estuviera viendo en la tele, o desde dentro, como si se estuviera viendo desde los propios ojos. Se recomienda hacerlas desde el segundo tipo porque se acercan más a la realidad, pero sería normal que en un primer momento sólo se pudiera hacer desde fuera.

Es importante que en la práctica se trate de incluir cuantos más detalles posibles (lugar de la pista, olor del ambiente, sensación térmica…) y sentir cómo se realiza perfectamente los ejercicios

Es imprescindible establecer antes la conducta objetivo a entrenar. Por ejemplo, “quiero verme esquivando al defensa y marcando gol” la secuencia de imaginación sería “recibo el disco en el medio del campo, hago un buen control, pienso exactamente la forma de esquivar al defensa, lanzo a portería por la escuadra y cuelo”. Y se deben hacer series, repitiendo cada ejercicio unas cuantas veces.

Lleva tiempo controlar las imágenes y perfeccionar la visualización, pero si uno es constante comprobará por sí mismo como cada vez resulta más fácil la práctica y obtendrá grandes beneficios. Puede resultar agotador, especialmente al principio, así que se debe tener en cuenta que es mejor una visualización corta y de calidad, que una larga y de baja calidad, como propiamente es un entrenamiento físico.

Se puede empezar a practicar antes de ir a dormir, ya que esta técnica requiere utilizar otra más, la relajación. Se necesita que el organismo baje el nivel de activación para así poder trabajar en un estado agradable y tranquilo, sin interferencias. Posteriormente cuando se domina más la técnica, se puede entrenar en cualquier momento del día, incluso en cualquier lugar, como en el autobús o en los vestuarios.

Otra idea es que cuando se vea un partido de la NHL y se observe una acción que guste, se cierren los ojos y se intente ver la jugada en la mente, intentando crear la repetición exacta como si uno mismo lo estuviera realizando. Es normal si sólo se capta una parte del movimiento la primera vez que se intenta. Por lo que se debe volver a ver y se captará un poquito más. Y así hasta que se llegue a reproducir el movimiento al completo.

Una buena forma de perfeccionar el entrenamiento es moviendo el cuerpo mientras se practica, en lugar de estar tumbados en la posición normal de inicio para realizar el ejercicio. Por ejemplo, un portero de hockey puede estar de pie, con el stick en su mano e imaginarse haciendo una serie de paradas exitosas con sus respectivos movimientos reales.

Cuantas más visualizaciones se hagan, más rápido se mejora. Se nota tanto en el rendimiento físico, como en la capacidad de atención, concentración y autoconfianza. Cuando se consigue manejar de forma controlada las imágenes y sensaciones, se enfoca la atención donde quieres y cuanto más tiempo se logra hacer, más se entrena la concentración. Al mismo tiempo, cuantas más veces se hace bien, más te auto-convences inconscientemente de que eres capaz de hacerlo, por lo que se confía más en las propias capacidades, teniendo menos miedo para volver a realizar esas acciones e incluso más destreza para intentar desarrollar ejercicios nuevos. Por tanto, si eres deportistas con escasa capacidad de atención, concentración y falta de confianza para desenvolverte en tu juego, indudablemente esta es la técnica que debes entrenar.

Recuerda, tus imágenes determinan tu realidad.

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