
La discriminación en el deporte existe y se hace notar a través de escándalos públicos. Aún presenciamos hechos discriminatorios por cuestiones de género, orientación sexual, por edad, discapacidad, origen y raza. Está discriminación incluye tanto comentarios como acciones que desfavorecen y agreden al individuo que es considerado como diferente, estableciendo una posición jerárquica, ofendiendo y siendo violento con otros por el mero hecho de ser considerado como “diferente” a lo “normal”.
Una muestra de esta discriminación es la historia de Katherine Switzer, la primera mujer que corrió una maratón en Boston en 1967. Para ello, tuvo que apuntarse a la carrera sólo con las siglas de su nombre, para que no la identificaran como mujer e impidieran su participación. En medio de la carrera, cuando la vio el organizador, corrió tras ella como un energúmeno para echarle del evento. Gracias al placaje de su novio y entrenador, consiguió acabar la carrera.
Valientes como Katherine, que se atreven a romper las reglas de discriminación marcadas a lo largo de la historia, son las que sientan las bases para que las nuevas generaciones sigan con la lucha.
Lamentablemente los protagonistas de esta discriminación son aún tanto deportistas (aún sigue habiendo insultos como «maricón» entre los rivales) como de los espectadores (no hay ni un estadio de fútbol en el que no se haya gritado «Cristiano maricón»). Al ser algo masivo, los eventos deportivos siempre han sido el escenario para discriminar a otros injustamente.
Por ello, cada vez más personas se suman a esta lucha para fomentar la diversidad, aunque no pertenezcan al colectivo que se discrimina, para romper con los roles de género en el deporte, los machismos y los estereotipos tan marcados desde principios de la historia, con el objetivo de fomentar la igualdad y respeto por la diversidad.
La diversidad en el deporte se está trabajando a través de diferentes acciones para evitar la discriminación en el ámbito social deportivo debido a diferentes factores. Cada vez, más clubes apoyan dichas acciones. Como ejemplo, el caso de Mara Gómez, futbolista profesional y primera mujer transexual de la primera división femenina de Fútbol de Argentina. Su club respetó la ley de la identidad de género, que reconoce ésta como un derecho humano y que la persona sea tratada de acuerdo al género autopercibido. Entienden, como es lógico, que su capacidad de rendimiento no interfiere por su identidad, orientación o expresión de género.
¿Existe este respeto por la diversidad en España?
Claramente… no. Para justificarlo, utilizaré el caso de Jesús Tomillero, quien se convirtió en el primer árbitro de fútbol en España que hizo pública su homosexualidad en 2016. Tras ello recibió abiertamente amenazas e insultos homofóbicos de jugadores de forma constante y decidió retirarse por falta de apoyo de las autoridades, a pesar de haber denunciado este delito de odio. Además, posteriormente fue presionado para no hacer público lo sucedido…
¿Cuándo eres víctima de un delito de odio?
Cuando te agreden, amenazan o causan algún daño a ti o a tus propiedades y lo hacen por tu orientación sexual, identidad o expresión de género (o porque creen que eres LGTBIQ+ aun no siéndolo). El siguiente enlace informa sobre qué hacer si esto sucediera:
Para prevenir delitos de odio en el terreno de juego el inspector y delegado de la comisaría de Policía Nacional en Vigo, Antonio Perera, tomó una iniciativa pionera en España, ya que el problema que encontraba era que apenas se denunciaban dichos delitos a pesar de que era obvio que se daban. Una de las causas por las que no se hace es porque éstos están normalizados entre la población. Existen datos de que sólo se denuncia un 23% de los casos.
Pusieron en marcha las primeras jornadas de prevención de delitos de odio en el deporte, ya que según explica Pereira «es necesario educar en tolerancia desde la base, no se puede consentir que se trivialicen los insultos racistas, homófobos o sexistas en un terreno de juego y que no se adopten medidas al respecto«. Así es, desde la psicología sabemos que para eliminar o disminuir una conducta debe haber un castigo inmediato y suficientemente potente como para provocar un cambio comportamental. Las sanciones en el deporte existen, pero o no se aplican, o se aplican con poca mano dura. Existen sanciones administrativas, pero también se puede suspender un partido o cerrar un campo.
¿CUÁNTOS FUTBOLISTAS HAY FUERA DEL ARMARIO EN LA ACTUALIDAD?
NUEVE EN TODO EL MUNDO y cómo podéis observar en la siguiente tabla, ningún español.

El primero de la historia en hacerlo fue Justin Fashanu en 1990. Fue un futbolista británico que tuvo que soportar el rechazo de sus antiguos compañeros cuando con 29 años se atrevió a revelar su homosexualidad en una revista. Tras esto, su carrera cayó en picado. El constante acoso que recibió, le llevó a suicidarse con tan solo 37 años.
Como se aprecia en la tabla, pasaron 21 años hasta el siguiente valiente de la historia. Durante esos años, sólo tras la retirada se atrevían a hacer pública su orientación sexual. Y no es de extrañar teniendo en cuenta la historia de Justin… Como homenaje a su valentía, cada 19 de febrero se celebra el Día Internacional contra la homofobia en el fútbol.
El resto de futbolistas que se han atrevido a revelar su orientación sexual ha sido por una mezcla de; ganas de romper tabúes de una realidad obvia e inofensiva; enfrentarse al miedo de mostrarse tal y como son; enfrentarse a los juicios, críticas y a un posible declive de su carrera por una razón que nada tiene que ver con sus capacidades futbolísticas; a quitarse peso de encima por vivir una doble vida; a eliminar los síntomas de ansiedad y depresión por esconder su realidad; a poder agradecer en público a las personas que realmente quieren tras conseguir méritos deportivos… Todo con el objetivo de normalizar la homosexualidad y demostrar que lo que hacen en el campo de juego es lo único a lo que se debe dar importancia.
Los futbolistas españoles deberían conocer y apoyarse en las experiencias de estos valientes para perder el miedo a confesar su condición. Ellos no se arrepienten del paso que decidieron dar. España necesita valientes que lo visibilicen. Si en la sociedad se habla de que hay un 10% de personas homosexuales, por ende, futbolistas debería haber los mismos… Y sería estúpido pensar lo contrario.
Lo cierto es que el fútbol es la llave para cambiar todo el deporte, pero también la sociedad, por ser el deporte rey. Se debe condenar y tener consecuencias para que haya un cambio en el deporte y en la sociedad.
Os recomiendo el documental «Fuera de juego» que pretende analizar el porqué de la invisibilidad de los homosexuales en el fútbol español, la realidad actual y sus posibles soluciones. No tiene desperdicio.
Un gran referente de la lucha para erradicar la LGTBifobia en el deporte es Víctor Gutiérrez, waterpolista español de alto rendimiento. A sus 25 años decidió salir del armario para hacer ver a los jóvenes que se podía llegar al alto rendimiento siendo homosexual. También lo hizo porque en 2016 empezaron aumentar los casos de LGTBifobia (agresiones en el metro de Madrid, en Chueca, en Gandía, el caso anterior del árbitro de fútbol…). Además, vivió un suceso en un partido que hizo que se interpusiera la primera sanción en España por homofobia en el deporte. Víctor pensó que si a él, con 30 años le había afectado ese insulto, con todos los recursos personales que poseía, como no le iba a afectar a un adolescente que no tenía la capacidad ni de denunciarlo…
Juega con orgullo (https://rojadirectalgtbi.webnode.es/campana-juega-con-orgullo/) es una iniciativa impulsada por la asociación Roja Directa Andalucía LGTBIQ+ y el Observatorio contra la LGTBIfobia del Campo de Gibraltar, a la que cada vez más ayuntamientos andaluces se están sumando. Lo que se trata es de promover la práctica deportiva diversa, igualitaria y no discriminatoria, con métodos que favorezca la educación y la inclusión social. Su objetivo es visibilizar a los deportistas LGTBIQ+, garantizando la igualdad de trato por motivos de orientación sexual, de identidad o expresión de género. Además de lograr disminuir la LGTBIfobia en el deporte.
No existen todavía campañas nacionales que trabajen por la mejora de la situación del colectivo LGTBIQ+ en el deporte. Sólo hubo una excepción en el año 2015 por la federación estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, denominada #laligaarcoiris. En esta campaña animaron a equipos y jugadores de fútbol relevantes en nuestro país, a luchar contra la homofobia en el fútbol.
Por suerte, ya se está empezando a entender que la visibilidad, las sanciones y campañas educativas son las mejores armas para combatir la LGTBIfobia en cualquier contexto.
Para finalizar, extraigo unas palabras de Víctor Gutiérrez que promueve que todos somos agentes para el cambio y que es una responsabilidad de todos. Él afirma lo siguiente:
«Asumir esta lucha no solamente es responsabilidad de las personas LGTBIQ+. A mí no me hace falta ser mujer para estar en contra de la violencia machista. No me hace falta ser una persona negra para estar en contra del racismo. Por tanto, a nadie le hace falta ser una persona LGTBIQ+ para estar en contra de la discriminación por este motivo».

Un comentario en «Respeto a la diversidad en el ámbito deportivo»
Cheers!