Se trata de un ejercicio muy práctico que está diseñado para reparar y aumentar tu sensibilidad interioceptiva.
Algunas personas encuentran este ejercicio fácil, divertido y sienten que conectan con él. Sin embargo, es también cierto que para las personas que han desarrollado una disociación con su cuerpo físico a lo largo de mucho tiempo, puede suponer un desafío.
Recuerda que esta disociación es una respuesta natural a un modo de supervivencia continuado y la consiguiente hiperactivación o hipoactivación del sistema nervioso.
Si te resulta difícil conectar con él o te activa demasiado, será mejor que te acompañe en algunas sesiones individuales para desactivar el sistema nervioso.
Haz este ejercicio a diario, solo con que lo hagas lo mejor que puedas y de forma constante, empezarás a conectar contigo mismo y a dominar el ejercicio cada vez un poco más.
Es importante que no confundas este trabajo con un ejercicio de relajación. Es claramente diferente, el objetivo que buscamos es volver a habitar el cuerpo tal y como es. Es sentir el cuerpo por dentro con todas sus tensiones, contracciones, opresiones, apertura, relajación y libertad. La idea es sentirlo tal cual es, sin tratar de cambiar nada.
Una de las tendencias humanas es la de aferrarse a lo que se siente como agradable y rechazar lo que se siente como doloroso o incómodo. Sin embargo, debemos dar la bienvenida a todo tal y como es, como en el poema de Rumi, La casa de los huéspedes:
Este ser humano es una casa de huéspedes.
Cada mañana, una nueva llegada.
Una alegría, una depresión, una mezquindad,
alguna conciencia momentánea llega
como un visitante inesperado.
¡Recibe y entretén a todos!
Incluso si son una muchedumbre de penas
Que arrasa violentamente tu casa
Vacía de muebles;
Aún entonces, trata a cada invitado de forma digna.
Quizá esté creando el espacio
Para algún nuevo deleite.
Al pensamiento oscuro, a la vergüenza, a la malicia
recíbelos en la puerta riendo,
e invítales a pasar.
Se agradecido con quien quiera que llegue,
porque cada uno ha sido enviado
como guía desde el más allá.
Esto quiere decir que, cuando practicas el ejercicio, también está practicando como estar presente y tranquilo integrando todo lo que sientes por igual: las sensaciones placenteras y las desagradables.
Busca un momento y lugar cómodo, donde nadie te moleste durante unos minutos. Puedes hacer el ejercicio sentado o tumbado.
Una vez que adquieras práctica y experiencia, quizás prefieras hacerlo sin guía. Eso te abre más oportunidades es seguir tu propia sabiduría interna e intuición y llevar tu propio ritmo.